Esto es lo que me mantiene despierta, cuando las noches se convierten en madrugadas y las madrugadas en mañanas. Hora de no-sueño, no porque no quiero sino porque no puedo... Si mañana se acaba el mundo, todas mis palabras y mis pensamientos no valdrán nada. No habrá quién de fe de mis acciones. Pero tal vez no se acabe mañana...
jueves, 22 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
0:25 am
El mundo no se acabó hoy (ayer) bueno, hace un rato.
Siempre estoy pendiente del cambio de día, cómo si el mundo se fuera a acabar, como si fuera la única zona horaria. O como si las demás, las que están "antes" hubieran desaparecido.
Este es un acto de desesperación. Es el último grito que no se acaba, es el reloj que pasa las doce, como si el día anterior, al acabarse, se llevara consigo todo lo malo.
Faltan tantas horas para que se acabe este día y cada día nuevo es el último intento, el ultimo acto desesperado, el último grito que ahogo.
¿Adónde estás y por qué no te tengo?
Siempre estoy pendiente del cambio de día, cómo si el mundo se fuera a acabar, como si fuera la única zona horaria. O como si las demás, las que están "antes" hubieran desaparecido.
Este es un acto de desesperación. Es el último grito que no se acaba, es el reloj que pasa las doce, como si el día anterior, al acabarse, se llevara consigo todo lo malo.
Faltan tantas horas para que se acabe este día y cada día nuevo es el último intento, el ultimo acto desesperado, el último grito que ahogo.
¿Adónde estás y por qué no te tengo?
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